En el segundo eterno
De la corta confusión
Los sentidos desaparecen,
Una duda crece y duele
Y en el último grito de la noche
Un ángel vuela, y otro muere.
Si pudiera hablarte ahora
Que una roca mi garganta ahoga,
Te juraría mis sueños,
Te confiaría mis deseos,
Pero no puedo, y no quiero.
Porque al verte a los ojos
Las palabras pierden sentido,
Me tiembla el pulso, intranquilo
Mientras siento ganas de escapar.
Mil veces eh querido confiarte
Que me cuesta confesarme,
Más quisiera hoy alejarme
De tu presencia inexplicable
En el medio de una duda
Tan mágica, tan desesperante.
Si te cuento que al dormir
Me ahogo de pensarte,
El corazón se me oprime
Y pierdo el sueño al desearte.
Si alguna lágrima se me escapa
Y una sonrisa al instante,
Porque feliz me hace amarte
y amarte me hace sufrir.
Eres el sol y la luna,
Me abrigas y acuna,
Me tienes, me olvidas,
Y me quedo esperando.
Y ya no sé quién soy
Ni como estoy.
Porque todas mis risas
Mueren en llanto
Y mi llanto
Nunca muere.
Ignacio Ortellado.
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Ian Ruíz.
